Preparación:
- Inicio de la Masa: Comienza colocando la harina en un tazón grande, creando un hueco en el centro. Incorpora la levadura seca, el azúcar, y una pizca de sal. Añade gradualmente 50 mililitros de agua tibia, mezclando suavemente hasta formar una masa homogénea.
- Amasado y Reposo: Espolvorea harina sobre una superficie limpia y traslada la masa. Amasa con dedicación, añadiendo el aceite de oliva virgen extra, hasta obtener una textura suave y elástica. Coloca la masa en un tazón ligeramente enharinado, cubre con un paño húmedo y deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora, permitiendo que la masa doble su tamaño.
- Preparación de la Salsa: Mientras la masa reposa, prepara la salsa mezclando la pasta de tomate con 40 mililitros de agua, aceite de oliva extra, ajo molido, sal y pimienta al gusto. Esta mezcla debe ser suave pero rica en sabor.
- Formación de la Base: Una vez que la masa ha reposado, colócala sobre una superficie enharinada y estírala con un rodillo hasta alcanzar el grosor deseado. Transfiere la base de pizza a una bandeja para hornear previamente preparada.
- Adición de Ingredientes: Extiende la salsa de tomate sobre la base de masa de manera uniforme. Distribuye armoniosamente el queso manchego, queso de cabra, queso brie, y queso gruyere sobre la salsa, asegurando una cobertura generosa y equitativa.
- Horneado: Precalienta el horno a 180 °C. Introduce la pizza y hornea durante 15 minutos, o hasta que los quesos se derritan y la masa adquiera un tono dorado y crujiente.
Conclusión:
La pizza cuatro quesos es más que un simple platillo; es una experiencia culinaria que trasciende fronteras y culturas. Siguiendo esta receta detallada, no solo crearás una pizza deliciosa sino que también te asegurarás de capturar la esencia de la cocina italiana en tu propio hogar. Recuerda, la clave está en la calidad de los ingredientes y el amor puesto en la preparación.
